Mario, Las Azucenas, 1986

domingo, 12 de febrero de 2012

La que ha de ser amada

Hace tiempo que me ronda la idea de escribir sobre ella,
y como ahora gozo de más tiempo libre,
decidí, previo permiso de ella, lanzarme al vacío.
A ver qué tal queda...

Retrocedamos en el tiempo entonces,
unos cuantos años y peinados (incluidas las cejas) atrás...
Y situémonos en una sidrería cercana al bar de encuentro de todos los viernes.

Una amiga en común nos presentó y desde aquel día formó parte de la comunidad, de nuestra comunidad que no por grande es menos solida, que no por grande es perecedera.

Y aquí, a mil kilómetros de distancia, novecientos noventa y cinco para ser exactos, una tarde de cumpleaños de un domingo de invierno siberial, la echo de menos, las echo de menos.

Me gustan sus cartas electrónicas, sus intensas e inmensas cartas que me envía de vez en cuando, cuando el cúmulo de novedades va siendo abundante y me informa, me pone al día y me describe como va trascurriendo la vida norteña, mi vida norteña en el sur o su vida norteña sin su parte sureña.

Me gusta recordarla cuando sale en mi lista de reproducción favorita, la canción de 'No hay nadie como tú', canción que hemos cantado a grito pelao unas cuántas veces.

Pero, lo que más me gusta de ella es su fidelidad, es una persona fiel como pocas, que ha estado ahí en los momentos más divertidos, pero también en los menos divertidos, dándome consejos escuchándome sangrarle la oreja y ayudándome en crisis emocionales. Jajajajajaja.

Y su particular forma de reír, esa que alegra las habitaciones más inhóspitas.

Love U pequeña !!

*

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