Cádiz *

No podía ser de otro modo,
he esperado a las condiciones ambientales perfectas para encontrar la armonía que me acompañe al escribir esta entrada,
incienso puro, Nag Champa, un rayo de sol poderoso que se cuela por la terraza y la banda sonora puesta por Eva 'no tengo planes más allá de esta cena...es un misterio hacia donde la noche nos lleva...'

Todo comenzó una tarde, una tarde de Neskuik, en casa de mi amiga V, nos encontrábamos unas cuantas y dos gaditanas comenzaron a planear su puente de Todos los Santos, afortunadamente estaba ahí y de manera más fortuita aún recibí una gran invitación para ir a conocer ese maravilloso lugar.

Así que, como habréis adivinado, me encuentro de 'Jet Lag' gaditano.
Y puesto que no hay nada mejor que una entrada de un viaje empiezo a relataros el mío.

Empezamos conociendo Dos Hermanas, Sevilla, bueno, conociendo lo que puede llegar a conocer alguien en 45 minutos, una plaza muy bonita, un par de pasos de peatones, un tendero medio loco que nos hizo un par de bocadillos en pocos segundos con una energía delirante, y un parque que podías adivinar más allá de los andenes.

Los viajes en tren suelen ser divertidos y llevaderos, más aún si vas con buena compañía que hace el viaje ameno y entre risa y sueño llegamos a Cádiz.

Calor, mucho calor,agua, mucha agua, sol, olor a sal, mar, y un encanto especial del sur.

La primera noche, asistimos a un concierto de los mejores a los que pude asistir, un directo increíble, una fuerza arrolladora, un vestido precioso, y una buena situación para disfrutar de todo ello.
Me han emocionado pocos conciertos, y éste fue uno de ellos.

A partir de aquí, las horas se pasan volando, aprovechamos muy bien el poco tiempo del que disponíamos, y mi guía particular me enseñó rincones preciosos, playas desde las que pudimos apreciar puestas de sol realmente bonitas, barrios de tapas con una sidrería incluida, calles de bares en el casco antiguo, teatro al aire libre, la catedral,la plaza impresionante de la Constitución de 1812, la caleta y la degustación de pescaíto frito con su tribu.

Muy buenos momentos, que formarán muy buenos recuerdos que me acompañen como cada viaje, que me sirva para crecer como persona.
Por todo ello hoy quiero darle las gracias a Virginia y su familia por hacer que este puente haya sido especial y no haya echado de menos en exceso a los míos que lejos están.

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